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Rompiendo mitos: Los oftalmólogos también se operan para quitarse gafas y lentillas

Los mitos son creencias tradicionales que buscan dar explicación a un hecho que acaba así como una historia verdadera. Los mitos a veces proceden de leyendas y relatos que cuando tienen base equivocada dan lugar a las denominadas leyendas urbanas.

Como tal existe la creencia que los oftalmólogos no se operan de cirugía refractiva para eliminar la dependencia de gafas o lentillas. Es decir, son incapaces de probar la medicina que prescriben a sus pacientes. Bueno, vamos a estudiar este mito y qué de verdad tiene.

No debemos olvidar que para corregir defectos de graduación contamos con tres sistemas: gafas, lentillas y cirugía refractiva. Los tres son, por lo general, opciones pero no obligaciones. Es decir, cada cual elige cómo quiere solventar su problema y será tarea del oculista informar sobre dichas opciones y dar a elegir el paciente. Así, es frecuente que muchos pacientes usuarios de gafas no quieran nunca prescindir de ellas pues, en sus palabras, “mi cara son mis gafas”. Incluso ocurre cuando van por necesidad a operarse de cataratas y podrían por ello prescindir de sus gafas. Otros te dicen lo de “llevo las lentes de contacto muy bien y no quiero ni gafas ni operarme”.

El oftalmólogo con un defecto de graduación no es ajeno a esta tesitura y por tanto elige, como cualquiera de sus pacientes, el tipo de corrección visual que más le interesa.

Hay que tener en cuenta otra cosa. Los tres sistemas tienen ventajas e inconvenientes y ninguno de ellos es inocuo. ¿Peligrosas las gafas? se podría alguien preguntar. Dejaremos de lado circunstancias aisladas como traumatismos sobre los cristales de las gafas que se proyectan al interior del ojo rompiéndolo o el empañamiento en un momento inoportuno. Está demostrado que más allá de los 60 años una de cada tres caídas se atribuyen al uso de cristales progresivos que dan menor campo visual y menor sensación de profundidad. Si tenemos en cuenta que a partir de los 70 años una de cada dos personas se caen anualmente podemos empezar a pensar que un porcentaje muy alto de población está en riesgo de caída por sus gafas multifocales.

También se puede pensar que las lentillas han pasado el test del tiempo y son seguras e inocuas. Pues no. Raro es el oftalmólogo que no ve por lo menos una vez al año una úlcera corneal en portador de lentes de contacto. Aunque ahora tenemos antibióticos muy potentes que curan la mayor parte de las úlceras, se debe saber que se siguen perdiendo ojos anualmente a causa de infecciones por microbios como las acantamoebas. A veces incluso precisando la enucleación del globo ocular. Sí, eso, la amputación del ojo.

Pero si el mito dice que el oculista no se opera para quitarse las gafas, lo que no es cierto, tendremos que ir a romper mitos. Empezaremos diciendo que existe un estudio publicado de la ASCRS (en español Sociedad Americana de Cirujanos de Cataratas y Refractiva) en la que se demuestra que los oftalmólogos miembros de dicha sociedad con defectos de graduación se operan cuatro veces más que la población general.


Pero había que dar más argumentos para romper el mito. Para ello en FacoElche 2019 organizamos una sesión con un formato propio que llamamos “La Grada”. En ella sentamos a dieciocho oftalmólogos intervenidos de cirugía refractiva con diferentes técnicas. Moderaban el Dr. Javier Mendicute y el Dr. Soler y teníamos además tres colegas, los Dres. Aramberri, Güell y Poyales, operadores de oftalmólogos y que ayudaban en la moderación del debate.

Entre las técnicas los había operados con sus diferentes formas de aplicar el Láser sobre la córnea (PRK, Lasik, FemtoLasik, Smile), implantados con lentes fáquicas, operados de presbicia mediante lensectomía refractiva e implante de lente multifocal, bien de forma monocular o binocular. Como anécdota teníamos un padre, el Dr. Perrone, operado de intraocular que a su vez había operado a su hijo oftalmólogo con Laser Excimer. Asimismo estaba como operada la Dra. Poyales, intervenida de intraocular por su hermano, el Dr. Poyales, uno de los moderadores.

Como curiosidad preguntamos a los más de 700 asistentes de la sala cuántos habían operado a parientes directos de cirugía refractiva y una gran mayoría de los asistentes levantamos la mano. Asimismo, la mayor parte de la sala había visto al menos una úlcera corneal en portadores de lentillas en el último año y muy pocos habían atendido problemas serios derivados de la cirugía refractiva.

¿Cómo un oftalmólogo toma la decisión de operarse de cirugía refractiva? Hay razones muy variadas. Unos por el deporte, especialmente el náutico donde las gafas mojadas o empañadas impiden una práctica segura en el mar. Otros que eran usuarios de lentes de contacto empezaron a no tolerarlas, mientras que otros confiesan que han visto tantas complicaciones por las lentillas que deciden finalmente operarse. Como curiosidad alguno manifestaba la envidia que le daban sus propios pacientes y lo felices que eran una vez operados por lo que decidieron emularlos.

Los motivos estéticos también cuentan en algunos casos. Tanto oculistas como gente de la calle no les gusta verse con gafas y deciden eliminar su dependencia de las mismas.

Otros al llegar a la edad de presbicia, es decir de mala visión próxima, toman la decisión. Ésta puede ser buscando la comodidad o por ser conscientes de lo invalidante de la nula visión de cerca. En unos casos sacrifican parte de su visión buena de lejos para mejorar la de cerca con el láser, en otros deciden procedimientos intraoculares con lentes multifocales.

Vídeo de La Grada de FacoElche

Si analizamos las razones son las mismas que manifiestan el resto de pacientes: cansancio de gafas o lentillas, intolerancias, estética y calidad de vida, deporte, mala visión de cerca, etc. Es decir, el proceso de toma de decisiones es similar en un oftalmólogo que en cualquier persona de la población general.

Bien, parecen que todos se operan y ganan lo que esperaban, pero ¿qué pasa con los problemas que se describen? ¿Qué pasa con la sequedad ocular, los halos por la noche, o los famosos “miles de agujas clavándose en mis ojos” que invocan los detractores de la cirugía refractiva?

Realmente esas agujas no existen y la sequedad ocular aunque presente, es transitoria. Es decir en las primeras semanas o meses se puede notar más, pero por lo general desaparece completamente en la mayoría con el tiempo. Incluso algunos refieren que tenían más problemas y sensación de sequedad cuando usaban lentillas. Esto hace pensar también que muchos pacientes que se operan lo hacen por intolerancia a sus lentillas por sequedad ocular, con lo que respecto al triángulo lentillas-sequedad-láser habría que pensar que muchos ojos refieren sequedad “heredada” de un problema generado por las lentillas.

Lo que sí es más frecuente es en operados de cirugía intraocular tener alguna sensación transitoria y ocasional de notar algo el ojo. Es más evidente cuando la cirugía se realiza monocular y la causa puede ser la misma incisión que puede alterar mínimamente la superficie mejorando mucho con lubricación ocular.

¿Y los halos y los problemas de visión nocturna? En general La Grada no refería problemas de visión nocturna. Los operados con intraocular decían haber visto halos y algunos de forma persistente, pero conocían bien la sensación y la esperaban por lo que no les molestaba. Incluso cerebralmente se iban anulando o adaptando a la misma de forma que se produce una supresión funcional de los mismos. Otros con procedimientos monoculares referían los halos en el ojo no operado por peor visión.

Finalmente había que saber cómo eran los oftalmólogos como pacientes. Los oculistas operadores de colegas decían que eran muy buenos pacientes puesto que conocían muy bien las técnicas y lo que podían esperar de las mismas. Curioso que muchos residentes de Oftalmología tras ver una continuidad de buenos resultados optan por operarse tanto con láseres como con lentes fáquicas.

Como curiosidad alguno de los operadores tenían envidia de los operados porque éstos iban a poder explicar siempre mejor a sus pacientes los procedimientos refractivos al haberlos vivido en primera persona.

En conclusión, frente al mito o leyenda urbana de que los oftalmólogos no se operan hay que decir que, aparte de que la cirugía refractiva sea una opción como lo son las gafas o las lentillas, los oculistas no solo se operan sino que lo hacen en una proporción cinco veces superior a la media de la población general.

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